Porque la casa es nuestro rincón del mundo. Es nuestro primer universo. Es realmente un cosmos.
Gastón Bachelard |
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La casa o más bien, la idea de esa casa que moldeamos y fabricamos en nuestra memoria, alimenta la nostalgia del migrante y sostiene un proyecto de regreso. La casa es ese espacio donde crecimos y por eso tiene algo de mágico y simbólico (la casa-patria, la casa viva, orgánica, la casa continente de nuestros contenidos, la casa recogedora de la identidad).
Hemos leído y hemos conversado con los autores y autoras de obras que reflexionan sobre esta casa-símbolo y lo compilamos ahora en este monográfico. Itinerancias vuelve a casa. |
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La casa, nuestro rincón en el mundo |
El escritor y director de la editorial Graviola, Daniel Franco, con quien disfrutamos una maravillosa conversación hace unos meses, nos apuntaba que, entre los temas recurrentes en su catálogo (conformado por autores latinoamericanos que residen en España), estaba el de las casas, el espacio de la casa, la vuelta al hogar. |
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Agenda de casas de Carrió y Ferrada |
Hace cuatro años, la casa y su espacio se convirtieron en el elemento fundamental de nuestra vida. Poder habitar más huecos, pertenecerlos, habitarlos, dejarnos penetrar por los rincones de esa casa, sentir en la piel las paredes, pomos, pelusas, pasó a ser el centro de una existencia encerrada. La casa era refugio y cárcel. Soñar casas, las casas ser y símbolo de cada persona se transformaron durante esos días en un refugio creativo. |
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La casa o nuestro pasado |
Una casa guarda la memoria sensorial de las familias. Conserva los olores, las manchas, los sonidos, los cajones de cosas perdidas, las puertas que se cierran así y no asá, los lugares perdidos. Acumula el peso de las tragedias y de las risas, del amor y del portazo. La casa es la familia, con todo su polvo y su madera húmeda.
En El pasado (Sexto piso), Tessa Hadley narra la familia a través de la casa en la cual los cuatro hermanos pasaron muchos veranos de su vida. |
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Florencia del Campo: “Me interesa pensar la casa como la posibilidad de una vuelta” |
Puede que lo que quede en la memoria sean ambientes, piecitas, cuartos, habitaciones, salitas o pequeños rincones, los de las pelusas, los que guardan zapatos viejos y arañas, los que nos cobijan el enojo, los que recogen el recuerdo. La pertenencia necesita tiempo, vivencias, comienza por hallar estos huecos y completarlos. Habitar es dejar que nos habiten. Algo así cuenta Florencia del Campo en su maravilloso Que tenga una casa (Candaya). La escritora argentina narra desde la vivencia la casa, la casa y el cuerpo, la casa y la escritura, la casa y el exilio. |
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Santiago de Molina: "La casa es uno de los anclajes psicológicos del ser humano" |
La casa no es solo un espacio hueco entre paredes, es el espacio que habitamos y en el que desplegamos nuestra privacidad, nuestra intimidad, nuestro ser. Son las pequeñas cosas, esas que no se han tenido demasiado en cuenta en la historia de la arquitectura, las que construyen nuestra cotidianidad que, por eso, se convierten en algo extraordinario. En Arquitectura de las pequeñas cosas (Páginas de Espuma), Santiago de Molina descubre el gran valor de lo cotidiano. |
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Laura Estrada: “La casa es un espacio infinito” |
La casa que Laura Estrada construye en Patios interiores (Graviola) es una casa cuerpo. Es una casa fantasma, una presencia que acompaña, que está viva, que crece, es una materia orgánica que nos atrapa. Y aunque no esté, está, a través de las imágenes reales e imaginarias que creamos a partir de ella. Es una casa con objetos que contienen significados esenciales, con espacios habitados de manera simbólica, es una casa que se levanta a partir de la propia creación literaria. |
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Pérdida |
Seguro la encontraremos en el rincón del polvo y las pelusas voladoras. Estará allí porque allí van a parar los calcetines sin pareja o los tapes de los bolis o los pelos de los playmobils |
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Hiedra |
Quedó enredado en la hiedra que amortajaba el muro de la casa Frida. Ahí, atrapado entre las hojas, temía pajaritos lindos cagándole la cara; sufría el frío, la lluvia, las risas. |
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Memoria y tamaño |
Marcela recorre la casa. En la vuelta, las dimensiones han cambiado. |
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Mudanza |
No permitas que el nuevo habitante borre los dibujos de tus paredes; no permitas que tire el geranio muerto; |
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Reforma |
A diario encofra, reviste, restaura. Es albañil. Es, desde hace meses, el habitante habitual en el piso de la vecina. La reforma, dijeron, duraría dos semanas. |
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Una casa lejos de casa. La escritura extranjera (Clara Obligado, Contrabando) |
Recomienda Florencia del Campo: "Creo que es un libro bellísimo en el que aparecen todas estas cuestiones: la casa, la infancia, el desarraigo, la nostalgia, la patria". |
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La casa y el viento, de Héctor Tizón (Alfaguara) |
Recomienda Sandra Lorenzano: "Es una novela que para mí es una de las cosas más bellas que se han escrito sobre el exilio". |
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Una holandesa en América (Soledad Acosta de Samper, Graviola) |
Recomienda Daniel Franco: "Está adelantadísimo dentro de su propio género porque es una novela de viajes que mezcla diarios, episodios nacionales, fragmentos de cartas, muy experimental, y que habla de esta experiencia vivida en carnes propias. Me parece muy importante traer intelectuales, del pensamiento crítico y social latinoamericano a España". |
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