Destino de Sandra Lorenzano

La casa y el viento, de Héctor Tizón (Alfaguara)

Es una novela que para mí es una de las cosas más bellas que se han escrito sobre el exilio. Héctor Tizón es originario de una provincia del noroeste argentino, Jujuy, fronteriza con Bolivia, una de las provincias más pobres de la Argentina. Él fue juez allí. Cuando se exilia, se va a España, la pasa mal, ya es un hombre mayor cuando sale o por lo menos no es tan joven como otros.

La casa y el viento es la historia de un hombre que tiene que salir al exilio, pero en lugar de salir en avión como salimos muchos, o escapando por los ríos hasta Brasil, como otros, decide salir por la frontera de su tierra, que es Jujuy. Hace un viaje hacia la frontera con Bolivia y en ese viaje se va despojando de todo lo que trae de su vida, los libros, sus conocimientos. Esto va simbolizado por el cambio de medio de transporte: primero va en tren, después va en autobús, después hay un hombre que tiene un camión que lo lleva, después un burro y finalmente cruza caminando, cruza por la Puna caminando y sale del país.

Ese despojamiento es también el despojamiento interior porque mientras lo va haciendo, escucha y cuenta las historias que la gente le va contando. Hay una línea que es su camino y alrededor de esa línea se van cruzando otras historias que son las que le cuentan la gente que él va conociendo a lo largo del camino. Es una novela del exilio que no habla del exilio, habla del proceso previo. Me imagino que es lo que a él le gustaría haber vivido. Es uno de los textos más conmovedores que he leído.

Es un libro de una mujer que nació en el otro lado de la frontera, pero en la comunidad mexicana, la comunidad chicana. Es mexicana, habiendo nacido en Estados Unidos, mestiza, campesina, lesbiana. A partir de esto construye este texto, que para mí es muy potente y muy único. Tiene esa cualidad que lo vuelve único. Es inaugural y, en esa interseccionalidad de raza, género, etnia, clase social, de origen, de lengua )porque va cruzando español e inglés), de orientación sexual, se vuelve potentísimo.