Vagabundos

Los santos lugares, ¿cuántos lugares eran? ¿Podría decirme, por favor? Porque ando perdido aquí en la inmensidad del mapa. Creí escuchar que había un sitio que se llamaba así. ¿O eran los sitios? ¿Los sitios eran de aquí o de allá? Ando saltando y no aterrizo. Ya sé, el mapa. No lo veo. Tal vez pueda preguntar después, pero cuando ya estemos en la ruta, porque ahora nadie dice nada. Ya sabe usted que están antipáticos en este punto del viaje y no nos van a ayudar. Mejor salgamos un poco, avancemos hasta la siguiente marca, esa que tiene un castillito dibujado. Preguntemos ya de paso si podemos quedarnos a dormir allí. Mejor un castillo, ¿no? Manuel, anda, saca la cabeza y mira el paisaje. ¿Cómo cuántos eran los santos lugares y aquellos sitios? ¿Los podrías contar, rico? Que ya llegamos tarde. Cuando me digas arrancamos y vamos, paramos en cada uno, si tú quieres, y compramos suvenires y todo. Para llevar, digo, que siempre hay que quedar bien. Una vez no quedé bien y saltaron chispas. Me encendieron vivo y bueno, salí de viaje, y aquí ando, perdido, en la inmensidad del mapa. Dime, anda, ¿cuántos eran los santos lugares?