El atlas de William T. Vollmann (Pálido Fuego). Es un libro que no conocía cuando comencé a escribir Circular, afortunadamente. A lo mejor no hubiera publicado Circular porque son libros que son bastante parecidos. No son iguales. Tienen muchas diferencias. Pero son primos. Porque El atlas también está ubicado en muchas zonas del mundo que Vollmann conoce bien, por haber pasado mucho tiempo ahí, porque ha investigado. Pero en realidad es un libro con el que Circular tiene muchas conexiones.
Y claro, el título me lleva inmediatamente a otro libro que es el Atlas de Borges, el último libro de poemas de Jorge Luis Borges. Es también, como su propio título indica, más que un viaje por ciudades, un viaje por culturas o por la literatura. Porque para Borges muchas ciudades son en realidad las versiones literarias que él ha leído. Por ejemplo, para él la cultura árabe son Las mil y una noches. Borges yo no sé si llegó a vivir, a estar un solo día o más de un día en un país árabe, pero cualquiera que haya vivido en un país árabe como yo durante años, sabe que Borges, de árabes y de musulmanes, sabe muy poquito. Pero da igual, porque lo importante en Borges es como mira, como escribe, como recrea, como fantasea. No hay que pedirle rigor documental.
Esos dos atlas, el de Borges, más literario, más culturalista y el de William Vollmann, un atlas de verdad, un atlas narrativo, con el que Circular tiene bastantes puntos de contacto, serían libros itinerantes con los que yo me siento muy cercano.