Una casa guarda la memoria sensorial de las familias. Conserva los olores, las manchas, los sonidos, los cajones de cosas perdidas, las puertas que se cierran así y no asá, los lugares perdidos. Acumula el peso de las tragedias y de las risas, del amor y del portazo. La casa es la familia, con todo su polvo y su madera húmeda.
Cuando los hermanos Alice, Harriet, Roland y Fran se reencuentran en la casa de Kington vuelven a ser familia, con todos los dramas y cariños que acumula una familia. En El pasado (Sexto piso), Tessa Hadley narra la familia a través de la casa en la cual los cuatro hermanos pasaron muchos veranos de su vida. La decisión de venderla provoca el reencuentro, que se mantiene en una calma incómoda debido a la presencia de personajes extrafamiliares. Pilar, la nueva mujer de Roland es un elemento extraño que transforma el comportamiento de las hermanas.
Hadley arma una historia en apariencia intrascendente que transmite la calma de un verano en el campo británico. El sol nos calienta la piel y las moscas zumban en nuestros oídos. Los interminables prados nos invitan a una jornada lánguida. Las páginas avanzan en esta aparente tranquilidad, mientras se van trenzando y destrenzando los vínculos, entre los hermanos, entre ellos y Pilar, entre ellos y los niños (Ivy y Arthur) y los adolescentes (Kassim y Molly).
El verano camina haciéndose hueco entre espacios: el ruido dentro de la casa, el sosiego del entorno campestre y el misterio de una cabaña abandonada próxima que es a la vez deseo y sombra oscura en la historia familiar.
La narración remite a dos momentos: el presente, este verano de reencuentro, trascendente porque los hermanos deben decidir sobre la venta de la casa; y el pasado, cuando la madre, Jill, va a casa de sus padres con los niños aún pequeños, abandonando a su marido y debe decidir si se queda allí o regresa a la ciudad.
Dejar la casa, venderla, cerrar la puerta y entregar la llave, es cerrar también una etapa. La posición de cada hermano ante esta decisión muestra sus rasgos de carácter ante la vida: la insegura, la soñadora, la práctica, el exitoso. Y también la de Jill, cuando, al fin, dispone sobre su futuro y el de sus hijos.
En estos dos momentos vitales, la casa es el personaje central, como hogar acogedor o como ente expulsor. La cabaña es, en este segundo caso, refugio para la liberación, lejos de la presiones sociales y familiares, es el espacio de la magia, el juego, el deseo, ese lugar al que huir, al que se necesita huir, fuera de la casa, pero próxima a ella.
Tessa Hadley es capaz de transmitir puras sensaciones, casi olemos la humedad de la casa o la podredumbre de la cabaña. A través de ellas, se construyen, como una casa, las relaciones fraternales, una historia familiar que es también la historia de una sociedad.
La autora de El pasado es Tessa Hadley (Brístol, 1956), quien ha escrito tres libros de relatos y ocho novelas. Publicó su primer libro con 46 años, y desde entonces su reputación literaria y el aprecio de los lectores no han dejado de crecer. Su obra ha recibido el Premio Windham Campbell y el Premio Hawthornden. Sus relatos han sido publicados en The New Yorker y Granta. Actualmente trabaja como profesora de Literatura y Escritura Creativa en la Universidad de Bath Spa. En Sexto Piso ha publicado Lo que queda de luz y Amor libre.