Chof, adiós

Sufrió la violencia del desplazamiento solo cuando cerró la puerta y recorrió la calle por última vez. La vida prometida, hasta entonces luminosa, le dolió de repente.

Se acercó al agua que iba a ser su pueblo y tiró allí la llave. El chof de la caída era el chof de su ánimo. Cada paso, una memoria abandonada; cada paso, una ilusión no cumplida; cada paso, una imagen que olvidaría.  

Chof, adiós al pilón del primer beso.

Chof, adiós al cedro de los vinos.

Chof, adiós a la escuela de los cuentos.

Chof, adiós.

Arrastró el dolor y salió de las calles, las memorias, los olores, los colores.

Solo sufrió el dolor cuando cerró la puerta.