Fantasmas

En los veranos de sequía nuestras casas quedan al descubierto, desprotegidas del agua salvadora que nos ampara.

Es la época de los fantasmas. Bajan por el camino de fango, se asoman a nuestras ventanas. Alguno llora.

Y no hay consuelo.

Son almas en pena. Tristes almas en pena.

Nosotros, los habitantes del pueblo de agua, miramos el llanto y morimos de miedo.

Es época de fantasmas.

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