Un pintor inglés recorre Nueva Granada buscando las huellas de un artista local. Y este es el marco para hablar de la construcción identitaria de un territorio desde las imágenes creadas por el extranjero y/o para el extranjero. Lo exótico, lo autóctono, el fin de las imágenes, el simbolismo.
En Peregrino transparente (Periférica), Juan Cárdenas narra su país a través de otras miradas. Arma una historia a partir de otra historia, dentro de otra historia y otra. Dice y no juzga, al estilo de las crónicas científico-exploratorias que contaron las Américas. Y deja en la lectura un sutil rastro de ironía.
Lo hace de manera distante, en un juego de espejos entre el hoy el ayer, para desmontar la idea del cambio, para desenmascarar la idea del progreso de actitudes y discursos. Narra como ayer y con los ojos de ayer para traernos a un presente idénticamente cargado de prejuicios, estereotipos, etiquetas colgadas a otros pueblos.
Peregrino transparente es una genial elección narrativa que permite compartir reflexiones sobre la construcción de la identidad de Colombia y América en general, del imaginario surgido en torno a este continente, de la denuncia sociopolítica, de lo real y lo creado. Podemos encontrar, de forma bastante explícita, el concepto de nación y formación de la nación:
“Todos los países son fantasías, alegorías. El meollo del asunto es que no hay exterior de la fantasía. No hay manera de salir de ella. Lo que hay, en todo caso, son umbrales, portales […] por los cuales un peregrino transparente podría atravesar una fantasía a la otra”.
Explora también la historia del expolio colonialista y poscolonialista; la destrucción del medio ambiente; el exotismo convertido en tópico; la disolución de todas las utopías.
En sucesivas capas narrrativas, Cárdenas construye una casa histórica impregnada de fantasía (no de magia). La trama se reparte en tres partes que conforman una estructura en conjunto equilibrada. Utiliza un estilo denso, un ambiente cargado de humedad, por donde tenemos que ir entrando como en la selva, a machetazos.
Cárdenas sumerge al lector en una atmósfera febril, por momentos irreal y algo onírica, saturada con la multitud de verdes de la naturaleza colombiana. La narración nos conduce por estampas de gran costumbrismo, habitadas por personajes exagerados, algo caricaturizados, excedidos de su ser, alocados en la búsqueda, salvajes en la civilización.
Peregrino transparente, escrita con el pulso y la ambición de grandes clásicos como Zama, Moby Dick o El gran sertón, es una obra de singular virtuosismo capaz de mezclar géneros tan dispares como el ensayo artístico, la poesía, el wéstern o la literatura de aventuras.
Es una historia que juega al contraste, la provocación, la confusión. Y, por eso, brilla.
Juan Cárdenas nació en Popayán, Colombia, en 1978. Es uno de los escritores latinoamericanos más relevantes del siglo XXI. Autor del libro de relatos Carreras delictivas (2008) y de la novela Zumbido (2010, reeditada por Periférica en 2017), ha traducido a autores como William Faulkner, Gordon Lish, Muriel Spark, Norman Mailer, Nathaniel Hawthorne, Thomas Wolfe, Eça de Queirós o Machado de Assis. En 2013 Periférica publicó su novela Los estratos. Posteriormente, aparecieron sus también novelas Ornamento (2015), El diablo de las provincias (2017), por la que recibió el Premio de Narrativa José María Arguedas en 2019, y Peregrino transparente (2023). Es autor asimismo de dos textos inclasificables: Volver a comer del árbol de la ciencia (Tusquets Colombia, 2018) y Elástico de sombra (Sexto Piso, 2020).