Destino del viajante

Lucio agarró de nuevo el volante y con él, el cuero, el asfalto, el golpeteo de la lluvia, el programa-tertulia, una vida en una ruta de veinte destinos dirigida por mensajes en serie: “Tirar colillas, 5 puntos”, “Con lluvia, modere velocidad”, “224 fallecidos durante este año”.

Pensó en esos muertos e imaginó una vida fuera del Círculo, se vio llegando a casa, colgando el abrigo, abrazando a un niño, quizá a dos, una sopa caliente, jabón del bueno. Intentó luchar contra esta idea, inició desesperado la letanía de penitencia “fijo+comisiones, fijo+comisiones, fijo+comisiones”.  

El impertinente silbido del whatsapp le sacó de la ensoñación. Un simple mensaje, solo tres palabras, anunciaron el castigo: “Eres el 225”.

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