Marina Closs: «Hay gente que vive en el medio de una música muy extraña. Y yo quiero hablar de ellos»

En Pombero, Marina Closs nos presenta una serie de personajes que viven en los márgenes y lo hace utilizando un lenguaje de exploración, que también vive entre fronteras. Hablamos con ella sobre cómo construye sus cuentos.

¿Es Pombero una exploración de las fronteras del lenguaje?

Supongo que sí, tiene mucho de exploración de las fronteras.

¿De qué manera estas fronteras nos imponen músicas, ritmos, estructuras? ¿Qué hacemos, qué haces para saltarlas?

La verdad es que no es nada programático, no es que esté invitando a nadie a saltarse fronteras, para mí tiene más que ver con que sucede sin invitación y sin programa: hay gente que vive en el medio de una música muy extraña. Y yo quiero hablar de ellos.

Ese lenguaje-juego nos hace viajar a un mundo nuevo: ¿el lenguaje crea el mundo?

No sé si crea el mundo en el que vivimos, sí crea el mundo que escribimos y leemos, es más, es el barro adentro de todos los libros. Nadie inventa nada sin embarrarse.

Planteas una búsqueda que tiene algo de mágico, de fantástico, de imaginario, aun cuando nos encontramos en situaciones reales y cotidianas.

Seguro, siempre queda alguna salida. La realidad y la cotidianidad son solo fijaciones. Hay que abrirles todas las posibles grietas.

Influencias: cuentistas, rituales, leyendas, ¿canciones populares?

La música, para mí, es muy importante. Porque de ahí logro a veces sacar atmósferas que son casi como estados de conciencia. Después, es difícil decir si esas músicas se reconocen o se transparentan en el resultado (en el cuento). Por ejemplo, para el cuento sobre Marioka, yo pensaba todo el tiempo en polkas, acordeones y violines. Pero creo que no hay ninguna mención explícita de todo eso. Para mí, a un cuento hay que crearle unas condiciones del aire, un sonido ambiente, digamos. Y ahí la música es salvadora.

Para mí, a un cuento hay que crearle unas condiciones del aire, un sonido ambiente, digamos. Y ahí la música es salvadora.

En Pombero varios personajes son nacidos fuera del lugar donde residen, lo que provoca una descolocación de su idioma original y una readaptación al idioma y culturas, tradiciones, locales. ¿De qué manera te interesa explorar estas rupturas vitales?

Bueno, me interesa explorarlas desde la simpatía. Yo soy bastante cínica en general, eso me hace sentir a veces un poco distante. Pero la verdad es que siento simpatía por todos mis personajes principales, aun si a veces me río de ellos, para mí es como reírme de mí misma. Es fácil reírse de alguien a quien uno igual está casi obligado a (mal que bien) querer. Esa posibilidad de reírme, también, quizá, es la que me habilita sentir por ellos simpatía (la gente que no me permite reírme me da un poco de miedo).

La mayoría son personajes femeninos, marcadas por una carga existencial (matrimonio adolescente, identidad sexual, la belleza). ¿Cómo nacen estos personajes?, ¿cómo crecen?

No todos son personajes femeninos. Yo trato de que mi búsqueda no se quede en las cuestiones candentes, que aparezcan todas las cuestiones posibles, porque las candentes ya están ahí, para qué insistir. O a mí me molesta insistir.

Tus libros, ¿son un puño en alto frente al “lenguaje monótono”, como casi gritas en el texto de cierre de Pombero?

Bueno, hay que ver si gritaba, yo lo pensaba más bien como que empezaba a decir algo muy serio y aburrido y terminaba con una oración totalmente impasible por lo delirante. Algo así. Al escribir, trato de no gritar. Otra vez, me molestaría ponerme a gritar. O lo haría en la calle o en una reunión de amigos. No en un libro, creo.

Marina Closs (Posadas, 1990) creció en Aristóbulo del Valle, Misiones. Es Licenciada en Letras por la Universidad de Buenos Aires y prepara un doctorado en literatura alemana. Publicó los libros Tres truenos (Premio del Fondo Nacional de las Artes en Argentina); Álvar Núñez: trabajos de sed y de hambre (Premio Angélica Gorodischer); Monchi Mesa; Tascá Skromeda y La despoblación. Fue finalista del Premio Finestres por la edición española de Tres truenos y del Premio Ribera del Duero por Pombero, publicado en Páginas de Espuma.